La tradición del Año Nuevo ya estaba consolidada al comienzo del Imperio Romano. Ovidio,en su obra Fastos,imagina que el 1º de enero Jano apareció explicándole las costumbres del día. Enero -Ianurius- era consagrado al dios Jano, el que mira atrás y hacia delante, al final del año terminado y al comienzo del siguiente.
«Jano, dios de todos los inicios», lo llamaba Ovidio, invocándolo: «tú que tienes las dos caras y el año empiezas en silencio, único entre los espíritus que ve detrás». Se representa con dos caras, una de viejo y la otra de joven. Su función era la de pedir los inicios, los umbrales, los pasajes desde un periodo temporal a otro -el periodo entre la paz y la guerra-, los renacimientos iniciáticos, siendo el «Iniciador» por excelencia.
Enero se consagró a él y el sacerdote ofrecía «cebada, sal y una tortilla con queso, harina, huevos y aceite preparados en el horno».
Era costumbre invitar a amigos e intercambiar un vaso con miel, dátiles e higos: «Que el sabor pueda pasar en las cosas; y el año, dulce como empezó pueda continuar». Además se entregaban ramitos de laurel para augurar fortuna y felicidad. Originalmente el intercambio se hacía el primero de marzo y se sustituían los viejos ramitos de laurel delante de las puertas del Rex sacrorum, de los Flamines mayores, de las Curias y del Templo de Vesta. Estos ramitos están en relación con el simbolismo del árbol cósmico que ofrece su energía al cosmos para la renovación del año.
Se llamaban strenae porque se recogían en un bosque a lo largo de la Vía Sagrada, dedicado a una diosa sabina llamada Strenia, portadora de fortuna y felicidad.
Las Calendas de enero no eran un día de fiestas, se hacía un ritual que Jano había dictado: He consagrado el trabajo al año que ahora empieza, de manera que el año entero no sea ocioso (Ovidio).
Todo el mundo desarrollaba un compendio de sus propios trabajos habituales el primer día del año,¿qué os parecería trabajar el primer día del año?Yo de momento os invito a comenzar el año con el concierto de año nuevo y su Marcha Radetzky de Strauss.
Historia Contemporánea
Hace 15 años
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