Όνειροι, Ύπνος, Μορφεύς


Después del Caos vino el Cosmos y se hizo el orden. Aparecieron una serie de elementos o realidades materiales, como el Cielo y la Tierra,o fenómenos de la naturaleza como la Noche y el érebo. La descendencia de la Noche por sí sola está formada por divinidades de poca importancia: las Hespérides, las Moiras, Némesis y Eris; abstracciones de modesta actuación mítica: Moro, Cer, Tánato, Hypnos, Oneiroi, Momo y la Vejez.
Ni los mismos dioses olímpicos, ni siquiera el dios supremo por excelencia, Zeus, pueden liberar a un mortal cuando cualquiera de estas divinidades les marcan su destino. Las Moiras o Parcas hacen que nuestra mortal vida penda de un hilo.
Algunas de las abstracciones sirvieron en otras ocasiones a divinidades importantes para conseguir los propósitos de éstos. Un episodio de la Ilíada, fiel reflejo, de lo comentado anteriormente es cuando Hera ofrece a Hypnos, hijo de la Noche, a Pasítea, una de las Gracias, si consigue adormecer a Zeus para ella así poder acabar con Heracles. Zeus la descubre y encadena a Hera unos yunques de oro en sus pies para retenerla. De la unión de Hypnos y de Pasítea nace Morfeo, encargado de dar forma humana a los sueños de las personas que perpetraba (de hecho, Morfeo proviene de la palabra forma). Los Oneiroi, sin embargo, se encargan de controlar el soñar de los seres corrientes.


En definitiva, cualquiera de estas divinidades relacionadas con el sueño se han manifestado esta noche y a partir de ahora todas las noches aparecerán a la misma hora sin resistencia alguna. Siempre habrá kairós, como decía la filosofía griega, para el sueño.
Ahora descansa. Oveira gluka!

sábado, 30 de abril de 2011

 
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